Impulsando a Bolivia: Energías renovables descentralizadas para el crecimiento económico y una transición justa
El proyecto GENERIS-Bolivia se propone elaborar lineamientos de política para promover una transición energética que fortalezca la estructura productiva de Bolivia destacando, especialmente, el papel de las energías renovables descentralizadas en el desempeño económico de las micro y pequeñas empresas y en la creación de empleo.
Los compromisos internacionales asumidos por los países de América del Sur en materia de transición energética en el marco de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) plantean múltiples desafíos que requieren acciones coordinadas entre los actores nacionales para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y mitigar los impactos de este fenómeno sin comprometer su desarrollo. En Bolivia, como en otros países de la región, estos desafíos se manifiestan no solo a nivel macroeconómico sino también a nivel sectorial, poniendo presión sobre el sector energético y su capacidad para satisfacer las condiciones energéticas necesarias para un desarrollo inclusivo.
Actualmente, la matriz de energía boliviana está integrada esencialmente por fuentes fósiles: 80% gas natural y 12,9% petróleo. El país posee una dotación de recursos energéticos renovables diversa, con muy buena radiación solar , en gran parte del territorio nacional. Esto le permitiría realizar una transición profunda hacia fuentes más limpias de energía. De esta forma, los NDC propuestos por el país proponen incrementar la producción de energía de fuentes renovables en la matriz primaria, pero su estabilidad macroeconómica descansa en el corto y mediano plazo, al menos parcialmente, sobre una canasta exportadora en la que los commodities de combustibles fósiles son esenciales.
La transición energética, entonces, puede encontrar espacios de oportunidad en el mercado interno, ampliando el acceso de hogares y empresas a energía de calidad al mismo tiempo que reemplaza el consumo de combustibles fósiles primarios exportables y algunos derivados fósiles importados. Actualmente, el 99,2% de los hogares urbanos y el 81,5% de los hogares rurales de Bolivia acceden a la red de energía eléctrica,3 pero en los departamentos de Beni y Pando la tasa rural llega al 70%, y hay unos 200.000 hogares en todo el país que carecen de servicio eléctrico confiable.4 Entre las micro y pequeñas unidades productivas urbanas del sector industrial, el 98% accede a la red eléctrica, pero solo el 6% accede a gas natural, lo que se compensa parcialmente con el consumo de GLP (22%) En las áreas rurales, el acceso a electricidad es también generalizado pero la presencia de gas natural e, incluso, GLP resulta aún más restringido entre los hogares y sus unidades productivas agropecuarias y forestales.
Sin embargo, los números de acceso a la energía ocultan otras condiciones energéticas, económicas y culturales que condicionan el nivel y la forma en que las unidades productivas consumen energía y, por lo tanto, su desempeño económico y la creación de empleo de calidad. Estos incluyen cortes de electricidad, bajas de tensión, costos energéticos altos, falta de acceso a gas natural, entre otros.6 Estas dificultades limitan el desempeño de las unidades productivas, mayormente rurales y de carácter familiar, muchas de las cuales son esenciales para satisfacer el mercado interno de alimentos, asegurando la soberanía alimentaria de Bolivia. Son estos emprendimientos también los que tienen el potencial de insertarse en cadenas de valor agroalimentarias globales en las que la sostenibilidad ambiental, bajo la forma de certificaciones verdes exigidas por los países desarrollados, está tomando cada vez más fuerza7. De esta forma, el acceso de estas unidades productivas a fuentes renovables de energía, incorporando la opción de sistemas distribuidos de energía, podría mejorar la calidad y forma de acceso a la energía impulsando un ciclo virtuoso que:
La piscicultura ofrece un claro ejemplo de la oportunidad que ofrece la difusión de los sistemas inclusivos de generación de energía renovable distribuida (SIERDS) entre las unidades productivas agropecuarias y forestales y las MIPES dedicadas al procesamiento de estos recursos para potenciar una transición energética con desarrollo. En Bolivia, existen más de 1.500 unidades productivas dedicadas a la cría de peces de río. Aunque estas unidades tienen acceso a electricidad, lo hacen bajo un formato residencial, ya que las actividades productivas están integradas al hogar. Sin embargo, el suministro eléctrico está asociado a pagos periódicos de facturas altas cuando el uso es intensivo. Esta situación entra en conflicto con la liquidez irregular de las familias productoras.
Debido a estas condiciones, la gasolina es el principal combustible utilizado por las unidades productivas para oxigenar las piscinas, desbrozar de malezas sus bordes, transportar el alimento, o vaciar las piscinas para su limpieza anual. Sin embargo, el acceso a este combustible es complicado: su precio relativo es alto y existen cupos mensuales que limitan la cantidad que puede comprarse, lo que obliga a los hogares a hacer largas colas para obtenerlo, pero este cupo no logra cubrir plenamente sus requerimientos productivos. En este marco, los sistemas inclusivos de energía renovable distribuida (SIERDS) son una solución para generar la electricidad que requieren las múltiples actividades que demanda la piscicultura.
Esto beneficia el desempeño económico de las unidades productivas, pero también incide en la organización del tiempo de las familias que la gestionan modificando el uso del tiempo.
Esta experiencia con un alto potencial de replicabilidad muestra el impacto positivo que pueden tener los SIERDS en el desempeño económico de las MIPES rurales, en el bienestar de quienes las integran y su aporte a la transición energética de Bolivia.
Los países de Oriente Medio y Norte de África (MENA) tienen el nivel más bajo del mundo de participación de la mujer en la población activa, así como algunos de los niveles más altos de desempleo juvenil. El Foro de Investigación Económica (ERF), una red regional que promueve la investigación económica de alta calidad para el desarrollo de los países árabes, está llevando a cabo una investigación en Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Sudán y Túnez para comprender cómo se adaptarán las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) a la transición a la energía limpia y a la eliminación gradual de las subvenciones energéticas en la región. El proyecto, que se desarrollará entre 2022 y 2025, examina cómo la transición a la energía limpia podría generar oportunidades de subsistencia de calidad para las mujeres y los jóvenes.
En los dos últimos años se ha avanzado mucho en este proyecto. Un análisis inicial de la igualdad de género en 6 países reveló varias lagunas de datos y subrayó la importancia de los datos cuantitativos y cualitativos para comprender los retos de la adopción de energías limpias y su impacto en las mujeres y los jóvenes. El informe destacaba la falta de datos específicos de género y edad sobre las MIPYME de energía limpia, subrayando la necesidad de datos desglosados por género para explorar su transición a la energía limpia. Los datos son cruciales para priorizar las políticas. En respuesta, la ERF está utilizando un método de investigación mixto que combina encuestas a las MIPYME con entrevistas y grupos de discusión para comprender los problemas y retos clave. Las mujeres representan el 32% de la mano de obra formal de la energía limpia en todo el mundo, pero sólo el 7-9% en Oriente Medio y el Norte de África. Dentro del sector de las energías limpias, las mujeres están sobrerrepresentadas en recursos humanos y servicios administrativos, pero infrarrepresentadas en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) y operaciones, gestión y liderazgo en energías renovables. Los investigadores del ERF realizaron una encuesta entre 1000 MIPYME de Marruecos, Egipto y Jordania, en la que examinaron los retos y los motores de la adopción de energías limpias. Los resultados mostraron que sólo un pequeño porcentaje de las empresas egipcias utilizan energías limpias, mientras que Jordania y Marruecos tenían tasas de adopción del 5% y el 4%, respectivamente. Sin embargo, el 21% de las empresas egipcias y el 37% de las jordanas y marroquíes se planteaban la transición a la energía sostenible. El estudio reveló que factores como el tamaño de la empresa, la edad de los propietarios y directivos, y el nivel educativo influían en la adopción de energías renovables. Curiosamente, el sexo del propietario de la empresa y el porcentaje de mujeres empleadas no influyeron de forma independiente en la adopción de energías limpias. Esto subraya la importancia de promover la igualdad de género más allá de las consideraciones económicas y de reconocer la interseccionalidad del género con otros factores. Sin embargo, una investigación del Instituto Peterson de Economía Internacional, que encuestó a más de 22.000 organizaciones de todo el mundo, descubrió que la diversidad de género puede conducir a un mayor éxito económico. Se ha demostrado que las organizaciones con un 30% de mujeres directivas obtienen un margen de beneficio neto un 6% superior al de sus homólogas del sector. El equilibrio de género no sólo beneficia a las mujeres, sino que también mejora las condiciones de trabajo, el bienestar, la cultura organizativa y la productividad de todos los implicados. La investigación de la ERF sobre la participación de las mujeres en el empresariado de la energía limpia en Oriente Medio y el Norte de África coincide con las tendencias mundiales. Según la Agencia Internacional de la Energía, sólo el 11% de los fundadores de nuevas empresas de energías renovables son mujeres, frente al 20% en otros sectores (excluidos los productos de consumo). Al igual que sus homólogas de otros sectores, las mujeres que emprenden en el ámbito de las energías limpias se enfrentan a dificultades para conseguir capital de inversión y carecen de acceso a cualificaciones y formación específicas. Una encuesta mundial realizada en 2019 por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA ) reveló que el 56% de las encuestadas de Europa, Norteamérica, Asia y África identificaron la financiación como un obstáculo importante para las mujeres en el emprendimiento de energías limpias, mientras que el 71% destacó las habilidades y la formación. En la región de Oriente Medio y Norte de África, el conocimiento de los planes de financiación es escaso, y los bancos suelen mostrarse reacios a conceder préstamos a empresas propiedad de mujeres y jóvenes.
El espíritu empresarial es especialmente importante en el contexto de Oriente Medio y el Norte de África, donde la escasez de empleo se identifica como la principal razón para crear una empresa. La región MENA tiene uno de los niveles de desempleo juvenil más altos del mundo, junto con la tasa más baja de participación de la mujer en la población activa, un 21%. Las normas sociales, los prejuicios y las percepciones erróneas (por ejemplo, que en épocas de alto desempleo se debe dar trabajo primero a los hombres y dejar marchar primero a las mujeres) interactúan para agravar las dificultades a las que se enfrentan las mujeres a la hora de buscar empleo.
Abordar las desigualdades persistentes en el acceso de las mujeres al capital y a la financiación exige atajar las causas profundas, como la desigualdad salarial y la marginación de las mujeres en la propiedad de la tierra y la propiedad. En todo el mundo existen tres medios principales para adquirir tierras y propiedades: la herencia, la compra en el mercado y la distribución estatal. Hacer cumplir la equidad salarial y conceder a las mujeres derechos de propiedad y sobre la tierra iguales e independientes puede reducir estas desigualdades. Sin embargo, la urgencia de la crisis climática y la lentitud de la reforma salarial y agraria exigen medidas adicionales para mejorar el acceso de las mujeres al capital. Esto puede implicar facilitar el acceso a la financiación sin los requisitos estándar de garantías, a los que las mujeres y los jóvenes tienen un acceso mucho más débil. La financiación climática privada canalizada en forma de garantías puede reducir los riesgos para las empresas dirigidas por mujeres y jóvenes, especialmente en lugares con acceso limitado a la financiación y escaso historial de concesión de créditos. Las mujeres y las niñas de la región de Oriente Medio y Norte de África destacan en la educación en comparación con los hombres y los niños, y a menudo demuestran una mayor inclinación hacia la educación STEM y la educación técnica y profesional. Según la UNESCO, varios países de la región MENA tienen una proporción de mujeres licenciadas en STEM superior al 50%. La UNESCO también informa de que el porcentaje de mujeres licenciadas en campos STEM en Marruecos aumentó del 39% al 49% entre 2010-11 y 2020-21. Existen grandes diferencias generacionales en los logros de las mujeres en campos técnicos en la región MENA. Por ejemplo, las mujeres tunecinas de entre 20 y 24 años poseen competencias en TIC cuatro veces más avanzadas que las de las mujeres de más edad. A pesar de obstáculos como las discrepancias en las zonas rurales, las chicas superan sistemáticamente a los chicos en rendimiento académico en todos los niveles educativos. Por lo tanto, es crucial cambiar el enfoque y pasar de la mera captación de mujeres para los campos STEM a garantizar que obtengan oportunidades de empleo adecuadas y acordes con sus titulaciones. Aunque las iniciativas gubernamentales, empresariales y sin ánimo de lucro han aumentado el empleo y el espíritu empresarial de las mujeres en el sector de las energías limpias de Oriente Medio y el Norte de África, persisten las diferencias de género. Las mujeres se enfrentan a «suelos pegajosos» y «techos de cristal» en sus carreras debido a las convenciones culturales, los prejuicios sociales y las limitaciones estructurales, como la división del trabajo en función del género dentro de las familias y el mayor valor social concedido al trabajo remunerado frente al cuidado no remunerado. La investigación de la ERF pone de relieve las perspectivas y los retos de las mujeres en las energías renovables, y ofrece recomendaciones políticas para igualar las condiciones. IRENA predice que habrá 38 millones de puestos de trabajo en energías limpias para 2030 y 43 millones para 2050 con una trayectoria mundial de 1,5 ºC. La mayoría de estos empleos estarán relacionados con la energía solar, eólica, de biomasa, hidroeléctrica a pequeña escala, de hidrógeno verde y geotérmica. En la actualidad, escasean las competencias en energías limpias en todo el mundo, incluida la región de Oriente Medio y el Norte de África. La transición mundial hacia la energía sostenible representa un momento único y oportuno para crear medios de vida dignos para las mujeres y los jóvenes de la región MENA.
ANDE está poniendo en marcha una nueva iniciativa para investigar los importantes retos a los que se enfrentan las mujeres en la iniciativa empresarial de energías limpias, a través de la investigación aplicada. Se financiará la investigación práctica que tiene como objetivo construir la base de pruebas sobre las barreras a las que se enfrentan las mujeres en el emprendimiento de energías limpias, con un enfoque regional en América Latina, el Caribe y el África Subsahariana.
La Red Aspen de Empresarios del Desarrollo (ANDE), con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID), financiará seis proyectos de investigación sobre las mujeres en el sector de las energías limpias. Las organizaciones o personas líderes deben tener su sede en América Latina, el Caribe o el África Subsahariana, y el proyecto de investigación debe proponer la realización de investigaciones en estas regiones.
Sólo las propuestas de personas, equipos y/u organizaciones con sede en África Subsahariana, América Latina o el Caribe se tendrán en cuenta.
ANDE es uno de los 12 proyectos que trabajan con la iniciativa Energía Limpia para el Desarrollo. Su proyecto busca reducir las barreras y mejorar las vías de crecimiento para las empresas de energía limpia dirigidas por mujeres, con especial atención a la movilización de capital inteligente desde el punto de vista del género hacia soluciones energéticas limpias de relevancia local.
Visita el sitio web de la ANDE para obtener más detallese información sobre esta convocatoria de propuestas.