Impulsando a Bolivia: Energías renovables descentralizadas para el crecimiento económico y una transición justa
20 noviembre 2024
Impulsando a Bolivia: Energías renovables descentralizadas para el crecimiento económico y una transición justa
El proyecto GENERIS-Bolivia se propone elaborar lineamientos de política para promover una transición energética que fortalezca la estructura productiva de Bolivia destacando, especialmente, el papel de las energías renovables descentralizadas en el desempeño económico de las micro y pequeñas empresas y en la creación de empleo.
Los compromisos internacionales asumidos por los países de América del Sur en materia de transición energética en el marco de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) plantean múltiples desafíos que requieren acciones coordinadas entre los actores nacionales para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y mitigar los impactos de este fenómeno sin comprometer su desarrollo. En Bolivia, como en otros países de la región, estos desafíos se manifiestan no solo a nivel macroeconómico sino también a nivel sectorial, poniendo presión sobre el sector energético y su capacidad para satisfacer las condiciones energéticas necesarias para un desarrollo inclusivo.
La matriz energética de Bolivia
Actualmente, la matriz de energía boliviana está integrada esencialmente por fuentes fósiles: 80% gas natural y 12,9% petróleo. El país posee una dotación de recursos energéticos renovables diversa, con muy buena radiación solar , en gran parte del territorio nacional. Esto le permitiría realizar una transición profunda hacia fuentes más limpias de energía. De esta forma, los NDC propuestos por el país proponen incrementar la producción de energía de fuentes renovables en la matriz primaria, pero su estabilidad macroeconómica descansa en el corto y mediano plazo, al menos parcialmente, sobre una canasta exportadora en la que los commodities de combustibles fósiles son esenciales.
La transición energética, entonces, puede encontrar espacios de oportunidad en el mercado interno, ampliando el acceso de hogares y empresas a energía de calidad al mismo tiempo que reemplaza el consumo de combustibles fósiles primarios exportables y algunos derivados fósiles importados. Actualmente, el 99,2% de los hogares urbanos y el 81,5% de los hogares rurales de Bolivia acceden a la red de energía eléctrica,3 pero en los departamentos de Beni y Pando la tasa rural llega al 70%, y hay unos 200.000 hogares en todo el país que carecen de servicio eléctrico confiable.4 Entre las micro y pequeñas unidades productivas urbanas del sector industrial, el 98% accede a la red eléctrica, pero solo el 6% accede a gas natural, lo que se compensa parcialmente con el consumo de GLP (22%) En las áreas rurales, el acceso a electricidad es también generalizado pero la presencia de gas natural e, incluso, GLP resulta aún más restringido entre los hogares y sus unidades productivas agropecuarias y forestales.
Factores económicos y culturales en el acceso a la energía
Sin embargo, los números de acceso a la energía ocultan otras condiciones energéticas, económicas y culturales que condicionan el nivel y la forma en que las unidades productivas consumen energía y, por lo tanto, su desempeño económico y la creación de empleo de calidad. Estos incluyen cortes de electricidad, bajas de tensión, costos energéticos altos, falta de acceso a gas natural, entre otros.6 Estas dificultades limitan el desempeño de las unidades productivas, mayormente rurales y de carácter familiar, muchas de las cuales son esenciales para satisfacer el mercado interno de alimentos, asegurando la soberanía alimentaria de Bolivia. Son estos emprendimientos también los que tienen el potencial de insertarse en cadenas de valor agroalimentarias globales en las que la sostenibilidad ambiental, bajo la forma de certificaciones verdes exigidas por los países desarrollados, está tomando cada vez más fuerza7. De esta forma, el acceso de estas unidades productivas a fuentes renovables de energía, incorporando la opción de sistemas distribuidos de energía, podría mejorar la calidad y forma de acceso a la energía impulsando un ciclo virtuoso que:
- beneficie a las unidades productivas disminuyendo sus costos energéticos, mejorando su productividad y la calidad del trabajo;
- desplace productos importados del mercado interno, mejorando la balanza y disminuyendo también la huella de carbono
- amplíe el acceso al mercado externo con productos de mayor valor agregado o calidad
- mejore la capacidad de la red eléctrica en zonas con suministro deficiente
Desarrollo sostenible en la piscicultura
La piscicultura ofrece un claro ejemplo de la oportunidad que ofrece la difusión de los sistemas inclusivos de generación de energía renovable distribuida (SIERDS) entre las unidades productivas agropecuarias y forestales y las MIPES dedicadas al procesamiento de estos recursos para potenciar una transición energética con desarrollo. En Bolivia, existen más de 1.500 unidades productivas dedicadas a la cría de peces de río. Aunque estas unidades tienen acceso a electricidad, lo hacen bajo un formato residencial, ya que las actividades productivas están integradas al hogar. Sin embargo, el suministro eléctrico está asociado a pagos periódicos de facturas altas cuando el uso es intensivo. Esta situación entra en conflicto con la liquidez irregular de las familias productoras.
Debido a estas condiciones, la gasolina es el principal combustible utilizado por las unidades productivas para oxigenar las piscinas, desbrozar de malezas sus bordes, transportar el alimento, o vaciar las piscinas para su limpieza anual. Sin embargo, el acceso a este combustible es complicado: su precio relativo es alto y existen cupos mensuales que limitan la cantidad que puede comprarse, lo que obliga a los hogares a hacer largas colas para obtenerlo, pero este cupo no logra cubrir plenamente sus requerimientos productivos. En este marco, los sistemas inclusivos de energía renovable distribuida (SIERDS) son una solución para generar la electricidad que requieren las múltiples actividades que demanda la piscicultura.
Esto beneficia el desempeño económico de las unidades productivas, pero también incide en la organización del tiempo de las familias que la gestionan modificando el uso del tiempo.
Esta experiencia con un alto potencial de replicabilidad muestra el impacto positivo que pueden tener los SIERDS en el desempeño económico de las MIPES rurales, en el bienestar de quienes las integran y su aporte a la transición energética de Bolivia.
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